Resumen.

Sophie es una chica que ha sufrido mucho en muy poco tiempo empezando por el divorcio de sus padres. Su padre decide que lo mejor será que se muden a California. Allí a Sophie le cuesta mucho integrarse y hacer amigos, ya que es muy tímida e insegura y el estar alejada de su mejor amiga Carla y su amor platónico Raúl hace que la cosa empeore . Desde que llegó Sophie, Tiffany Kern y Sylvie Broothe han intentado hacerle la vida imposible, pero ellas no saben que cuenta con el apoyo de Justin Pattison el novio de Tiffany.


domingo, 24 de marzo de 2013

CAPÍTULO 28

Me puse el pijama y me tumbé en la cama con el MP3 hasta que me dormí. No sé como lo conseguí, pero lo hice.


***


-Hija,hija.
-¿Qué? -pregunté entre gemidos.
-Levanta, que tenemos que irnos ya.
-¿Ya?
-Si.
-Voy.
Me levanté de la cama, me duché, me puse una camiseta de tirantes negra con un jersey por encima gris, unos vaqueros cortos, manoletinas negras, gafas Ray Ban negras, pendientes con forma de moustache negros y y una chaqueta vaquera.










 Después bajé a desayunar. Había tortitas.
-¿Cómo es que has hecho tortitas? -pregunté mientras engullía aquel dulce manjar.
-Como te vas, quería que te quedaras con buen sabor de boca.
Después de desayunar subí a mi habitación, me lavé los dientes, me arreglé un poco y cogí las maletas e intenté bajarlas, pero caí rodando.
-¡Cielo! ¡¿Estás bien?! -exclamaba mi padre.
-Si,si -empecé a reír-. Ayúdame, que yo no puedo.
-Ya voy yo.
Bajó las maletas y las metió en el coche.
Cuando íbamos a meternos ya en el coche, llegó Andy corriendo.
-¡Sophie! ¡Sophie!
-Hola Andy.
-Hija, te espero dentro.
-Venía a darte esto, para que no te olvides de mi -dijo entregándome un precioso colgante.
-¿Qué? No, no puedo aceptarlo.
-Pues me enfado -dijo haciendo pucheros.
-¿Qué es? ¿Es una de esas típicas joyas que pasan de generación en generación? -dije bromeando.
-Más o menos -dijo riendo.
-Gracias, te amo -pero ¿qué estaba diciendo? al minuto me arrepentí, pensé que era demasiado pronto y que se asustaría
-Y yo -dijo rodeándome con sus brazos mientras me sumergía en un profundo y tierno beso que transmitía millones de sensaciones y sentimientos.




-Ejem.
-Ya voy papá. Adiós -dije entrando en el coche. Me hizo una seña.
En el camino al aeropuerto no hablamos mucho, sobretodo porque estaba pensando en cómo sería ir a España y, sinceramente, estaba un poco ilusionada.

***

Llegamos al aeropuerto en una hora o así y ya estaba cansada. Bajamos las maletas y entramos dentro, estaba nerviosa.
-Bueno, cielo. Que te lo pases muy bien... -dijo mi padre triste.
-Gracias papá, igualmente -dije abrazándole.
-Te echaré de menos -dijo dándome un beso en la frente.
-Y yo a ti, pero pasará muy rápido.
-Eso espero.
-Adiós papá...
-Adiós hija -dijo sonriendo.
Me alejé, miré por última vez a mi padre antes de embarcar y le hice una seña. Me la devolvió.
Subí al avión y me senté allí, la horas pasaban y pasaban y no había ningún entretenimiento , no había mucha gente en el vuelo. Había varios sitios vacíos, así que me cambié de asiento, ya que al lado mio había un hombre que no dejaba de dibujar planos en una hoja y volver a borrar, hasta el punto que me lleno el pantalón de goma. Miré por la ventana y la vista era preciosa.




Me puse a ver "el diario de Noa" es mi película favorita, siempre que podía la veía. La había visto tantas veces que ya me sabía hasta los diálogos.
Estaba en la parte de los patos en el lago, mi momento favorito de la película, cuando alguien se puso a mi lado y se puso a hablarme, pero al llevar los cascos solo oía un hilito de voz.
-¿Te estoy molestando? -preguntó el chico quitándome los cascos y sonriendo pícaramente.
-La verdad es que si -dije volviendo a ponerme los cascos y mirando a la pantallita de la televisión.
-Me encanta esta película -dijo quitándome un solo casco y hablándome al oído. Era un chico bastante guapo, presentable y parecía agradable.




-Pues que bien... -dije sonriendo falsamente.
-Venga hombre, que sólo quiero hablar contigo.
-¿Para qué?
-Este vuelo es bastante aburrido.
-En eso tienes un poco de razón.
-Me llamo Alan.
-Yo Sophie.
-Bueno querida Sophie ¿Que hacías tu en los Estados Unidos de América?
-Pues vivo allí desde hace ocho meses ¿y tú?
-He ido a visitar a mis tíos, que son de ahí.
-Ah ¿y de dónde eres?
-Soy de Madrid ¿y tú?
-No te lo voy a decir...
-¿Y eso?
-A ver si luego vas a ser una asesino o un perturbado que viene a secuestrarme...
-Tú ves mucho la tele ¿no?
-Un poco -dije riéndome.
Pasaron las horas, comimos, vimos varias películas y dormimos. Quedaba menos de dos horas para llegar a Madrid y tenerle como compañía era bastante gratificante. Alan tenía una vida muy curiosa, vive con sus abuelos en Madrid, ya que sus padres son fotógrafos bastante importantes y viajan por todo el mundo haciendo reportajes para Nationall Geographic entre otras compañías.
-¡Te he ganado! -grité al ganarle jugando al ajedrez-. Te dije que se me daba bien.
Alan se quedo mirándome sonriendo callado.
-Tienes unos ojos preciosos.
-Deberías buscarte otra frase para ligar -dije vacilando.
-Es que es cierto -dijo acariciándome el brazo.
-Como no me sueltes lo llevas claro -dije riendo.
-Vale -dijo levantando las manos y riendo.
-Buen chico.
-No soy de tu tipo ¿o qué?
-Es que tengo novio.
-Pero no tenemos que decírselo...
-Pero es que no quiero estar con nadie más que con él.
-Madre si que estás enamorada, porque yo muy feo no soy, la verdad...
-Pues si, y si eres feo -dije riendo, parecía un modelo que acaba de salir de una pasarela.
-Bueno cuéntame como es tu novio.
-¿En serio quieres saberlo?
-Claro, a si sé con quién tengo que competir.
Empecé a contarle toda mi vida desde que conocí a Andy, parecía interesado de verdad, hacía comentarios que me hacían reír.
Llegamos a Madrid y salimos al aeropuerto.
-Bueno Sophie, yo me voy.Me están esperando mis abuelos fuera.
-Vale Alan, me ha encantado conocerte.
-Igualmente -dijo dándome un beso en la mejilla -Ah y mucha suerte con Andy, a conseguido el premio gordo teniéndote a ti y si te hace daño, ya sabes, llámame que le parto la cara o llámame sin más si quieres hablar.
-Ya lo sé y no te preocupes, que te llamaré. Adiós.
Salí del aeropuerto y allí estaba mi madre y su novio.
-¡Hola hija! -dijo mientras se acercaba a mi corriendo para abrazarme.
-Hola mamá -dije sonriendo por fin.
-Hola Sophie -dijo su novio.
-Hola... -dije por cortesía.
-¿Qué tal el viaje? -me preguntó mi madre.
-Bien, largo...
-Me alegro y me alegro de que por fin estés aquí -dijo sonriendo.
-Y yo...
-Bueno, vamos al coche, que tenemos que hablar de muchas cosas.
-Cielo, déjala, estará cansada del viaje -dijo su novio.
-No,no. Estoy bien -dije sonriendo.
Estaba  feliz de estar allí, pero todo eso ahora me recordaba demasiado a Carla. Tenía que superarlo, lo tenía claro. Mi madre empezó a preguntarme muchas cosas: sobre mis notas, mi vida, novios,etc. Me estaba haciendo muchísimas preguntas, pero yo, por educación, las respondía.
Estábamos hablando tranquilamente, cuando de repente vimos un coche que estaba invadiendo nuestro carril. Iba muy deprisa, el marido de mi madre intentó frenar y esquivarle, pero el coche de atrás nos golpeó y volcamos. Todo esto pasó muy rápido, no puedo dar más detalles.
Mi madre y su marido estaban inconscientes, o en el peor de los casos muertos. Estuve todo el rato despierta y pude ver todo lo que estaba ocurriendo. Tiempo después llegó la policía, la ambulancia y los bomberos.
-¡No respiran! -escuchaba.
Me sentía muy mal, había mucha sangre.
-No te duermas ¿vale? No te duermas, sé fuerte -me decía uno de los médicos, pero no pude resistirlo.




***

Me desperté en una habitación azul, en frente mía estaban mis padres.
-¿Mamá? ¡Estás viva! -dije alegre.
-¡John! ¡Se ha despertado! -exclamaba mi madre asombrada.
-¡Hola Sophie! -dijo mi padre-. ¿Qué tal?
-Iré a llamar a la doctora para decírselo -dijo mi madre.
-Bien, yo me quedo con ella -dijo mi padre.
-Papá ¿cómo es que has venido? ¿te ha dado tiempo? ¿cómo es que mamá está bien? No respiraban... lo he pasado tan mal...
-¿Qué? He venido porque has tenido un accidente y mamá está bien, está respirando.
-¿Te ha dado tiempo conseguir un billete de avión tan rápido? Te habrá costado una fortuna.
-¿Qué? Cielo ¿estás bien?
De repente llegaron mi madre y una enfermera que parecía simpática.
-Doctora, esta diciendo cosas que no entiendo, me está preocupando -escuché a mi padre hablando desde fuera de la habitación.
-Ahora voy, permanezcan aquí fuera, por favor -dijo la enfermera mientras pasaba a la habitación-. Hola Sophie.
-Hola.
-¿Qué tal estás? ¿Te duele algo?
-Estoy bien, un poco la cabeza.
-Si, es que has recibido un golpe muy fuerte.
-No, se está equivocando. Yo no me he dado con la cabeza, sólo la pierna.
-¿Qué? ¿Te duele la pierna?
-No.
-¿Cuántos años tienes?
-Quince, voy a cumplir dieciséis dentro de poco.
-¿Cómo te apellidas?
-Jones Gomez.
-¿Cómo se llaman tus padres?
-John y Ana.
-¿Sabes donde estás?
-Si, estoy en Madrid.
-¿Sabes lo que te ha pasado?
-Que mi madre, su novio y yo hemos sufrido un accidente de coche.
-¿Su novio? Querrás decir tu padre.
-No,no. Su novio. Mis padres están separados, señorita.
-Vale, gracias... -dijo mientras salía-. ¿Están separados?
-¿Qué? -preguntó mi padre.
-Dice que usted y su novio han sufrido un accidente...
-¿Qué? -preguntó mi padre.
-No, él es mi marido.
-Ya... ¿pueden venir conmigo un momento?
-Claro -afirmaron.
Estaba un poco preocupada por el novio de mi madre, porque no estaba ahí y no entendía por qué mi madre estaba bien, pero me alegraba. Lo que me molestaba es que dijese que su novio es su marido, ya que todavía no lo es, pero pasé por alto aquello.
-Cielo, nos vamos a casa.
Me vestí con la ropa que me trajeron.
-¿Y mis cosas?
-¿Qué cosas? -preguntó mi padre.
-Cielo... -dijo mi madre golpeando a mi padre.
-Ah, si, si. En casa...
-¿Quién las ha llevado? -pregunté confusa.
-Cielo, deja de hacer tantas preguntas, anda -dijo mi madre.
Salimos del hospital, subimos al coche y llegamos a casa rápidamente.
-Cómo lo echaba  de menos... -dije suspirando-. Cuantos recuerdos.
Mis padres se miraron mutuamente, hasta que mi madre dijo:
-Eh, esto... pasa.
-¿Qué pasa mamá?
-Nada cielo, pasa.
Pasé dentro y todo estaba como cuando lo dejé. Allí había buenos y malos recuerdos a la vez...
-Cielo, vete a tu habitación a descansar.
-Vale, que tengo mucho sueño.
Fui a mi habitación y me tumbé en mi vieja cama, en la que pasé toda mi vida. Inmediatamente me dormí.




***

Me desperté y fui a la cocina.
-Hola mamá.
-¿Ya te has despertado? Ven a desayunar.
Comenzamos a desayunar, esos croissants estaban de muerte.
-¿Papá ya se ha ido a California?
-¿Qué? No... está en la ducha... Cielo...
-¿Si? -dije mientras seguía engullendo.
-Tenemos que hablar...
-Vale mamá, ¿sobre qué? -pregunté sabiendo que iba a pedirme perdón otra vez.
-Pues...
-Oye ¿qué tal está tu novio?
-Cielo... has estado en coma todo esto tiempo ¿lo sabes?
-¿Si? ¿Cuánto tiempo?
-Mucho... y... bueno... ¿cómo decirte esto? -dijo suspirando-. Cuando estabas bajando las escaleras te caíste y te golpeaste la cabeza. Eso fue hace ocho meses aproximadamente y todo ese tiempo llevas en coma. Todo lo que tu crees que has vivido durante estos ocho meses ha sido fruto de tu imaginación, cielo.
-¿Qué? No mamá, no lo ha sido.
-Si, cielo... todo ha sido un sueño. Tu padre y yo no estamos separados y tu padre no ha ido a Estados Unidos desde que era pequeño.
-Pero... ¿y Justin, Ayleen, Andy, Tiffany, Sylvie...? ¿Dónde están todos ellos?
-¿Quiénes? En alguna parte de tu mente...
-¿Y los abuelos?
-¿Qué abuelos? Los abuelos están aquí, en Madrid.
-Digo los de parte de papá.
-Cielo, tu padre es huérfano ¿no lo recuerdas?
No me lo podía creer, tenía razón. Empezaba a recordarlo todo.
-¿Y Carla? -pregunté sabiendo que la respuesta iba a ser negativa.
-Cielo, Carla vino a verte muchas veces, pasaba noches enteras contigo. Estará en su casa.
-¿Está viva? -pregunté asombrada.
-Si...
-Pero... mi móvil. Le mandé un mensaje a Leen y a Justin antes de irme. Tienen que seguir ahí.
Fui a por el móvil y miré los mensajes enviados. No había ni rastro de aquellos mensajes. Todo empezaba a cobrar sentido. Fui a mi habitación y lloré y lloré. Estuve todo el día encerrada intentando asimilarlo. Amaba a Andy, pero él no existe. Ese pensamiento rondaba mi cabeza una  y otra vez. Estaba segura de haber vivido todo eso, de haberlo sentido en primera persona. Sobretodo los sentimientos. Me parecía irreal todo eso y decidí aislarme.
Pronto llegó la noche y me quedé dormida entre pañuelos y lágrimas.




***

Los rayos de sol inciden en mi habitación a través de mi persiana. El ruido de la alarma me despertó: Me había pasado llorando toda la noche y gracias a eso hoy lucía unas grandes ojeras. Nada volvería a ser lo mismo, pensaba que era una pesadilla, pero cuando me desperté me dí cuenta que la pesadilla se hizo realidad.
Bajé abajo. Tenía los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Echaba de menos todo aquello, echaba de menos estar en coma: la risa incontrolable de Ayleen, los hoyuelos que se le formaban a Justin cuando sonreía y los ojos azules de Andy... Andy, cómo le echaba de menos... Sabía que era un sueño y todo empezaba a cobrar sentido, no podía existir un chico tan perfecto como él, un sitio tan perfecto como mi hogar, para mi no fue un simple sueño, fue mi vida.
-Cariño ¿qué tal estás? -preguntó mi madre abrazándome cuando entré en la cocina. No contesté, estaba mal, me daba igual todo-. ¿Qué te parece si vas a ver a Carla? Está deseándolo.
-Vale.
-Pero antes desayuna.
-No tengo hambre -dije con la voz entrecortada.
Subí a mi cuarto y me vestí. Me puse lo primero que encontré. Me apetecía ver a Carla, verla viva, pero hubiera preferido que mi sueño hubiera sido realidad, ya sé que es horrible lo que he dicho, pero en ese momento no podía pensar en otra cosa.
Salí por la puerta esquivando a mi madre, ya que me iba a decir que cómo llevaba esas pintas. Ese era el problema de que fuera diseñadora, lo quería todo siempre perfecto y si me hubiera mirado en un espejo antes de salir hubiera visto que parecía que me acababa de despertar; llevaba un moño mal hecho, unos pantalones cortos, una camiseta un poco ancha de tirantes, unos botines y me acababa de poner una chaqueta que me quedaba bastante ancha,  la elegí porque era la chaqueta con la que supuestamente me estrellé con el coche en mi sueño, pero sentía que la tenía que llevar puesta y hacía un poco de frío.









Fui hacia la casa de Carla, estaba a diez minutos de la mía aproximadamente, en los que no pude dejar de pensar en los paseos con Justin.
Cuando estaba apunto de llegar, oí una voz.
-Sophie, dios. Menos mal que te has despertado -dijo Carla abrazándome mientras lloraba.
-Si, menos mal... -dije devolviéndola el abrazo.
-Te echado muchísimo de menos.
-Y yo -dije sonriendo levemente.
-¿Quieres que demos un paseo y te cuento las últimas cosas que han pasado?
-Vale... -dije poco animada.
Llevábamos andando quince minutos, de los cuales Carla no dejaba de hablar ni un momento, yo solo asentía cuando me miraba, no la estaba haciendo mucho caso y ahora mismo las cosas de la gente del instituto solo me hacían pensar en que tenía que volver dentro de poco a esa pesadilla y que nunca volveré al instituto de allí.
De repente alguien me cogió del brazo.
-Perdona, se te ha caído esto -dijo Raul-. ¿Sophie? -dijo sorprendido al comprobar que era yo-. ¿Qué tal estás? Se te ha echado mucho de menos.
-Hola Raul, bien, mejor... -dije un poco nerviosa recordando los momentos en los que aparecía Raul en mi sueño.
-¿Vas a volver a clase?
-Si, supongo...
-Me alegro -dijo sonriendo. No era una sonrisa fea, era bastante adorable, pero no se parecía nada a la de Andy o Justin.
-Raul nos vamos que tenemos que hablar de muchas cosas -dijo Carla al comprobar que yo estaba incómoda.
-Adiós -dije dándome la vuelta y echando a andar.
-Vale, adiós chicas... ¡Espera! Sophie, toma, que al final me lo quedo yo -dijo riendo y entregándome lo que se me había caído-. Está chulo.
-Es... -me estaban temblando las manos, no podía ser.
-Sophie ¿Te pasa algo? -preguntó Carla.
-No, está todo bien -dije sonriendo mientras por mis ojos caían hileras de lágrimas.-Muchas gracias Raul -dije abrazándolo.
-No me las des -dijo devolviéndome el abrazo-. Me tengo que ir, que mi madre me espera.
-Vale -dije llorando una vez más.
-Has abrazado a Raul... cómo te ha cambiado el coma. Sophie Jones abrazando a Raul, increíble -dijo riendo-. ¿Es nuevo?
-Si -dije mientras no dejaba de mirar el collar. Ese collar lo era todo. No fue un sueño y ese collar lo demostraba. Se me ha caído del bolsillo de la chaqueta que llevé el día del viaje. Ese collar demostraba que todo lo que he vivido ha sido real.
Lo estuve mirando durante un largo tiempo y vi que había algo inscrito:
P.D: Te necesito... 




FIN


Querid@s leyentes del blog:

 Si, este es el último capítulo. No podría deciros un por qué claro, son motivos personales. He decidido que es mejor ponerla un final a la novela que dejar de escribir así como así, porque sé que eso molesta. Quería agradeceros por leer mi novela cada día que he subido un capítulo y por los comentarios tan gratificantes que me habéis dejado siempre, me habéis cambiado la vida. En serio, gracias. Soy una persona poco expresiva, sólo puedo daros las gracias y deciros que gracias a vosotros he seguido escribiendo la novela estos últimos días. Con el blog me estreso mucho y no era como realmente me esperaba, pero es más por motivos personales que por otra cosa. El blog seguirá aquí siempre, no lo voy a quitar ni nada. Por si lo queréis recomendar o lo que sea. Puede que en un futuro muy lejano empiece otra historia o algo así, pero es sólo probabilidad, no hablo de manera afirmativa. Os doy mil gracias de nuevo a todos y que os vaya bien en la vida, porque sois personas geniales. Un besazo muy grande. Lo siento mucho por la gente que le pone triste esto, a mi también me pone triste acabar con todo esto, pero es lo mejor para mi estado tanto mental como físico.

P.D: SOIS INCREÍBLES.









miércoles, 20 de marzo de 2013

CAPÍTULO 27

¿Si? -respondí otra vez con miedo. 
-¿Dónde te has metido?
-Ayleen hola, pues me he ido con Andy -dije mientras volvía a recordar lo sucedido y mis mejillas se sonrojaban.
-Ah, es que estaba preocupada. Bueno ¿y qué tal con Andy?
-Pues muy bien.
-¿Te digo la verdad?
-Claro.
-Me gusta Justin, me cae genial y hacéis buena pareja, pero nunca te había visto tan feliz como cuando estás con Andy, sé que el no te hará sufrir y no sé como decirlo...
-Creo que lo entiendo.
-Vale, sólo era eso.
-¿Qué te cuentas?
-Pues nada, aquí...
Empezamos a hablar y a hablar de cosas sin importancia, no hablábamos de los problemas reales que teníamos por teléfono, esas cosas se dejaban para cuando estuviéramos cara a cara a no ser que fuese muy urgente.
-Bueno Ayleen te dejo -dije al comprobar que llevábamos hablando una hora y media.
-Vale, nos vemos mañana y ya después fiesta qué ganas ¿eh?
-Si... -dije poco animada.
-¿Vas a ir a ver a tus abuelos?
-No, me voy a España a ver a mi madre...
-¿En serio? ¿Por qué no me lo habías dicho?
-Me enteré ayer... ¿y tú qué vas a hacer?
-Pues voy a ir con mis padres a Chicago a ver a mis abuelos.
-Pásalo de maravilla.
-Eso espero, te deseo lo mismo. Bueno, te dejo ya.
-Vale, un beso.
-Un beso -dijo colgando.
Me fui a mi cuarto a por el pijama, me tumbé en la cama e inmediatamente me dormí.

***

Me desperté a la hora de siempre con mucha energía y fui al instituto más feliz que nunca, ya que era el último día.
Llegué allí y me encontré con Andy. Le tapé los ojos.
-Hola Sophie...
-¡Jo! ¿Cómo me has descubierto? -dije besándole.
-¿Qué tal princesa?
-Genial ¿y tú?
-Genial, me alegro mucho, en serio. ¿Dónde vas a estar durante las vacaciones?
-Bueno, de eso quería hablarte...
-¿Qué pasa? Me preocupas...
-Pues deberías... porque me voy a España.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Cuándo?
-Tranquilo, mañana....
-¿Por qué?
-Sólo durante las vacaciones... tengo que ver a mi madre y eso...
-Pero ¿vas a volver?
-Claro.
-Bueno, menos mal -dijo suspirando.
-Lo siento yo s...
-Que no pasa nada cariño, sé que no es tu culpa -dijo cortándome y besándome.
-Bueno, me voy a clase.
-Vale, luego nos vemos.
-Vale.
Fui a clase y me senté, muy ilusionada. De repente llegó Ayleen muy triste.
-Hola Leen ¿qué tal?
-Hola... bien ¿y tú?
-Muy bien... ¿seguro que estás bien?
-No...
-¿Y eso?
-Pues...
-Chicos, sentaos que os tengo que hablar de una cosa -dijo el profesor cortándola.
-Luego te lo digo -dijo Ayleen.
-Vale -dije sentándome.
Estaba pensando en que seguramente fuese algo de Chris, pero no estaba segura. Me puse a pensar en cómo sería volver a España, a estar otra vez allí... por una parte me moría de ganas, pero por otra no quería ni pisar allí.
Después de darnos un discursito de casi dos horas, el profesor nos dio las notas. Me habían quedado casi todas y eso me deprimió bastante.
-¿Qué tal? -le pregunté a Leen.
-Bien ¿y tú?
-Mal.
-¿Cuántas?
-Ocho...
-Tranquila, las recuperaras y si no, te ayudo yo ¿quieres?
-No, gracias...
-Que si.
-¿Qué te pasa hoy Leen? Que decías que me lo ibas a contar.
-Los padres de Chris puede que se separen y a lo mejor tiene que irse con su padre a Canadá...
-¿En serio? Lo siento mucho, pero seguramente no se vaya, hará lo posible por quedarse ¿no crees?
-No lo sé...
-Bueno, tranquila. Me tienes a mí -dije abrazándola.
-Gracias.
-No tienes por qué darlas.
-Hola guapas.
-Hey.
-Hola Jus -respondí.
-Ayleen ¿puedes venir un momento? -preguntó el profesor.
-Claro.
-¿Qué tal las notas?
-Bastante mal ¿y las tuyas?
-Bien, no me puedo quejar.
-Me alegro, en serio.
-Me han comentado que te vas a España.
-Si... ¿quién te lo ha dicho?
-Andy, está muy triste...
-Y yo, pero no puedo quedarme...
-Chicos, podéis marcharos. Que tengáis unas felices fiestas.
Salimos todos por la puerta y me quedé esperando a Andy en la entrada para despedirme, pero no apareció, así que decidí irme a casa. Fui a la parada, entré en el bus y llegué a casa bastante pronto. Tenía miedo de pasar, pero finalmente lo hice.
-Hola papá...
-Hola  cielo ¿qué tal las notas?
-Júzgalo tú mismo... -dije tendiéndoselas.
Hubo un largo silencio mientras las leía, pero finalmente empezó a gritar y a gritar. Después de unos cuantos minutos decidí intervenir.
-Papá, sabes que no es mi culpa.
-Vete a tu habitación y haz la maleta que mañana te vas.
-Sobre eso... quería decirte que no quiero irme.
-¡Deja de quejarte! ¡Me da lo mismo que no quieras ir! ¡Vas a ir si o si, así que haz lo que te digo por una vez en tu vida!
Estaba realmente furioso, nunca le había visto así. Decidí hacer lo que me pedía.
Subí a mi habitación, cogí la maleta del armario y empecé a meter ropa y cosas mientras lloraba. No quería ir a España, lo tenía más que decidido. No podía pasar ni un sólo segundo allí sin llorar por Carla y no quería dejar así a Andy. Estaba hecha un lío y no quería irme de allí. De repente me llegó un mensaje al móvil:

-¿Vas a irte sin despedirte de tu príncipe? :$
-Si te he esperado, pero no estabas :(
-Es que me fui antes, lo siento. 
-No pasa nada... ¿puedes venir un momento?
-Claro, ahora voy :) 
-Oye, no llames al timbre.
-Vale... ¿y cómo entro? ¿con mis súperpoderes? :D
-Déjame un mensaje y yo salgo, imbécil :P
-Ok. 

Terminé de meter todas mis cosas cuando me llegó el mensaje:

-Estoy aquí, baja :D

Bajé silenciosamente por las escaleras y salí fuera.
-Hola -dije besándole-. Te necesitaba...
-¿Qué pasa?
-Siéntate... es que mi padre ha hecho un drama por lo de las notas... y no me quiero ir.
-Cielo, ya lo hemos hablado. Vete, pásatelo bien, ya volverás.
-Pero no quiero irme, no me cae bien mi madre ni su novio y allí no tengo a nadie y sobretodo... faltas tú.
-No me hagas enfadar, te echaré de menos, pero son un par de días ¿no? ¿o son todas las vacaciones?
-Unos días, creo.
-No te preocupes, te llamaré. No estés triste...
-Vale... me tengo que ir, que he salido sin que se entere.
-Vale, te quiero mucho. Recuérdalo ¿eh? -dijo abrazándome con todas sus fuerzas.
-Yo también -dije besándole tiernamente.
Entré en casa y subí sigilosamente hacia mi cuarto. Decidí enviarle un mensaje a Ayleen:

-Leen, mañana me voy. Felices fiestas. No te preocupes por lo de Chris, que seguro que no se va y que te voy a echar mucho de menos :( Un besito. Buenas noches.
-Vale, igualmente. Tú pásatelo bien y no te preocupes ¿vale? ¿prometido? Te quiero mucho, buenas noches.
-Te lo prometo. Te quiero. 
-Y yo :)

Y me acordé de que no me había despedido de Justin, así que decidí enviarle un mensaje a él también:

-Hola Jus, mañana tengo el vuelo... Felices fiestas y nos veremos cuando vuelva. Te voy a echar mucho de menos. 
-Pequeña, pensaba que no te ibas a despedir de mi... pásalo bien allí y no me olvides ¿eh? Yo no lo haré.
-Yo tampoco, te quiero.
-Te quiero, descansa.

 Me puse el pijama y me tumbé en la cama con el MP3 hasta que me dormí. No sé como lo conseguí, pero lo hice.




P.D: ¡Hola chic@s! 

1º:  Lo siento por la brevedad de este capítulo, pero el del domingo sera mas largo :)
2º: Quería pediros perdón por no subir el capítulo los días que no lo he subido.
3º: Gracias a tod@s por los comentarios que me dejáis y todo eso, de verdad. Me alegro que os guste mi blog, si queréis darme alguna sugerencia o lo que sea podéis hacerlo y me podéis agregar al tuenti: Sophie Jones Gomez. Os pido por favor que paséis el blog a más gente: amigos, familiares,etc. si queréis :) ¡Un besazo! <3





domingo, 17 de marzo de 2013

CAPÍTULO 26

-No papá.
 -Si, cielo. Te he comprado los billetes para el próximo mes. He hablado con tu madre y está todo decidido.
-Papá por favor no, yo quiero quedarme aquí contigo. Siento haberte tratado así, no te lo merecías, pero por favor no me lleves de vuelta a España, por favor papá... -dije con los ojos húmedos.
-Un mes, tienes un mes para demostrarme que has cambiado y quedarte aquí.
-Muchas gracias papá -dije abrazándolo.
-No es nada, pero igualmente en 4 días hay una semana de vacaciones. Las celebraciones de pascua y otros festivos que hay.
-No quiero papá, ya lo sabes...
-Cariño hace meses que no la ves...
-Papá, no.
-Vas a ir si o si. Además así descansas un poco y estás en tu hogar.
-Papá, ahora este es mi hogar.
-Todos tus amigos se van a ir, seguro, son unas fiestas que se celebran con la familia.
-Papá...
-Vas a ir si o si, ya lo tengo decidido.
-Pero..
-Pero nada, además tendrás que conocer al nuevo marido de tu madre, va a ser tu padrastro.
-Si ya le conozco...
-Ya, pero me refiero a empatizar con él y eso.
-Y no va a ser nada... -hubo un largo silencio-. Vale, iré. Pero no vuelvas a decir que va a ser mi padrastro, nunca.
-Vale cariño.
Subí a mi cuarto y me puse a estudiar y a hacer deberes. Cuando me dí cuenta ya eran las 20:00 y tenía mucha hambre, bajé a "merendar".
-Cielo ¿tienes hambre? -me preguntó mi padre.
-Si, a eso he bajado -sonreí.
-Perfecto, estoy haciendo la saña.
-Me encanta. Hace mucho que no la como ¿te ayudo?
-No me vendría mal -sonrío.
Empezamos a divertirnos cocinando y a hablar de todo un poco. Acabamos de cocinar y empezamos a cenar. Acabamos y miré el reloj. Ya eran las 22:00. Recogimos y decidí irme a dormir, estaba muerta.
-Papá, me voy a dormir. Es que tengo mucho sueño -dije después de bostezar.
-Vale cielo. Descansa.
-Igualmente.
Me levanté, subí las escaleras, entré en mi cuarto, me puse el pijama y me tumbé en la cama hasta que me dormí.

***

Me desperté y como todos los días me vestí, desayuné y me fui al instituto.
-Hola -me dijo Ayleen mientras entraba en clase.
-Hola ¿Cómo que estás tan contenta?
-Cris y yo vamos a quedar, creo...
-¿Crees? -pregunté confusa.
-Es que hemos quedado pero no me ha dicho "¿Quieres que salgamos?"
-¿Y entonces que te dijo?
-Que había una película en el cine que estaba bastante bien y que no le apetecía ir solo.
-Y entonces le dijiste que le acompañabas ¿no?
-Exacto.
-Ayleen, era para que tú se lo pidieras.
-No sé...
-Tan insegura como siempre -dije riéndome y dándole un beso en la mejilla.
-Chicos, sentaos ¿habéis estudiado lo que dimos ayer? -dijo el profesor sentándose en la mesa.
-Luego hablamos Ayleen.
Las clases se me pasaron muy rápido y sin darme cuenta, ya sonó el timbre del recreo.
Fuimos a la cafetería a por dos bocadillo y dos cafés con leche y nos sentamos en el césped.
De repente alguien me tapó los ojos con sus manos.
-¿Quién soy?
-Mmmm no sé... ¿Justin?
-Haces trampas, no se cómo, pero las haces -dijo Justin riéndose y soplándome el pelo.
-Bueno, yo me voy. Os dejos solos... -dijo Ayleen.
-Ayleen... -dije sin obtener resultado, ya se había escabullido y no me escuchaba.
Estuvimos en el césped hablando y no paraba de reírme, me encantaba estar con él. Pero todo eso se acabó, ya que sonó el timbre.
-Bueno, me voy a clase grandullón.
-Vale pequeñaja.
-¿Te vienes?
-Si, dentro de un rato voy.
-Vale.
Entré dentro e iba directa a mi taquilla para coger el libro de geografía. Estuve rebuscando un rato, lo cogí, cerré la taquilla y allí estaba él, de pie, con esa sonrisa que echaba de menos.
-¡Andy! -dije saltando a sus brazos.




-Si que tenías ganas de verme,eh.
-Pues claro que sí -dije bajándome-. ¿Qué tal?
-Ahora muy bien ¿y tú?
-Igual.
-Bueno, vete a clase, que ha sonado el timbre.
-No... sígueme.
Fuimos corriendo al patio procurando que nadie nos vea, allí intentaba saltar la valla, pero no podía.
-Ayúdame, no te quedes ahí riendo.
-Es que eres muy graciosa.
-Nos van a pillar, tonto.
Me subió y conseguí saltar, seguidamente saltó el con mis cosas. Después salimos corriendo.
Íbamos por la acera corriendo, Andy me agarraba fuertemente de la mano, junto a él me sentía segura.
Corrimos hasta estar a 3 manzanas del instituto, ya que si nos veían tendríamos un gran problema. Empezamos a andar, cogidos de la mano y en algún que otro momento le miraba, tan seguro, con una sonrisa de oreja a oreja, me sentía bien teniéndole aquí a mi lado y veía que el también estaba feliz de volver a verme. Fuimos a tomar algo y después fuimos a la urbanización.
Llegamos a mi urbanización, me preocupaba bastante que mi padre me viera, pero seguramente estaría trabajando y lo único que me importaba era Andy.
Llegamos a la puerta de su casa, en ese momento me empotró suavemente contra ella y empezó a besarme.
-Te he echado de menos... -dijo entre beso y beso.
Subimos a su habitación y me tumbó en la cama. Empezamos a besarnos apasionadamente y a quitarnos la ropa poco a poco. Andy empezó a darme besos por todo el cuerpo y mi corazón estaba cada vez más acelerado.




-¿Eres...?
-No -respondí inmediatamente sin dejarle terminar la pregunta-. ¿Y tú?
-No.
Y empezamos a hacerlo sin dejar de besarnos.

***

Estaba en España, en mi pueblo, iba andando sola por la calle. El viento me daba de frente en la cara y hacía que mi pelo volase hacía atrás, me gire y ahí estaba Carla con su típica sonrisa que hacía que yo también sonriera, miré a su derecha y estaba Justin mirándome con esos ojos y acercándose a mi para besarme, al lado suyo estaba Andy con los ojos llorosos. La gente se iba sucediendo: mi padre, Ayleen, mi madre, el novio de mi madre, Tiffany y de repente se quedó todo en blanco. Estaba en mi casa delante de mi la puerta de la habitación de mis padres, la abro sin llamar y veo a mi madre con ese hombre entre las sábanas...
En ese momento me desperté aturdida y respirando fuertemente. Estaba al lado de Andy en la cama, los dos estábamos desnudos. Sonreí, le dí un tierno beso en la boca con cuidado para no despertarlo y me levanté. Bajé a la cocina, porque tenía sed. De repente, se empezaron a escuchar unas voces y se abrió la puerta. Dado que estaba semidesnuda y no sabía qué hacer, salí al jardín por la puerta trasera que había en la cocina. Después, me escondí detrás de unos arbustos que había. Dejé accidentalmente la puerta abierta, así que pude escuchar todo lo que decían:
-¡Cariño! ¡Qué pronto has llegado del instituto!
-Es que me encontraba mal y he venido a casa...
Me metí dentro y salí por la puerta delantera sin tiempo de escuchar más de la conversación. Estaba en paños menores, no precisamente desnuda, pero casi. Iba corriendo y tapándome con lo que pillaba de camino a mi casa y cuando llegué, tuve la suerte de estar sola en casa y también la mala suerte de que me había dejado todas mis cosas en casa de Andy: llaves, móvil, ropa, etc.
Fui a la parte trasera del jardín, forcejeé la puerta, pero aún así no se abrió. Estaba muy cabreada, pero me vino una idea. Forcejeé la ventana del baño de abajo, ya que esa ventana cerraba mal e intenté entrar por ahí, la ventana era muy pequeña. No sé cómo lo conseguí.
Subí rápidamente al baño de mi habitación, me duché y me vestí. Después miré la hora y eran ya las 14:39. Tenía bastante hambre, así que me hice un sándwich vegetal y empecé a comerlo cuando comenzó a sonar el fijo.
-¿Diga? -respondí con voz temblorosa, temiendo que sea la directora del instituto o algo así.
-¿Cómo te has ido así, princesa? -preguntó Andy-. Están aquí todas tus cosas, incluyendo tu ropa -dijo entre carcajadas.
-¿Te parece gracioso? Bajé a beber algo con la poca ropa que llevaba encima y escuché la puerta. Me asusté y salí al jardín a esconderme y cuando tu madre subió, yo salí de tu casa y vine hacia aquí.
-¿Y con qué has entrado en tu casa? ¿No jodas que estaba tu padre?
-Qué va, si he tenido que hacer de spiderman por la ventana del baño.
-¿En serio? -preguntó entre risas y risas.
-¿Te hace gracia? Tonto -dije bromeando.
-¿Quieres tus cosas de vuelta? -preguntó tranquilizándose.
-Pues me vendrían bien -dije irónica.
-Si quieres voy a devolvértelas y así te veo, que te echo de menos.
-Yo también, que no he tenido tiempo de despedirme de ti. ¿Qué te ha dicho tu madre?
-Nada, le he dicho que me encontraba mal y que por eso estaba en casa.
-¿Te ha creído?
-Eso creo... Bueno, que dentro de un rato voy para allá ¿vale?
-Claro. Te quiero.
-Te quiero.
Colgué y acabé mi sándwich.
Me senté en el sofá y empecé a zapear un poco, porque no había nada interesante en la tele. Después de unos cuantos minutos zapeando, alguien llamó a la puerta.
-Hola guapa.
-Hola precioso -dije dándole un beso-. Pasa.
-Toma, aquí tienes tus cosas.
-Muchísimas gracias, en serio.
-Para eso estoy, princesa.
-¿Para devolverme las cosas? -bromeé.
-Si eso es lo que necesitas si. ¿Qué haces?
-Pues nada, ver un poquito la tele.
Nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar sin parar. Me gustaba muchísimo estar con gente así, tener esta relación con él. Hablábamos horas y horas y nunca se nos acababa el tema de conversación, era genial.
-Oye, te pido perdón por enésima vez por lo que te hice.
-¿El qué? -pregunté bastante confundida.
-Por haberte metido en toda esa mierda.
-No ha sido culpa tuya, me metí yo.
-No.
-Andy, que no ha sido culpa tuya y de todas formas eso se acabó y ahora estamos genial. ¿O no?
-Si...
-Pues ya está, no hables más de eso.
-Pero ¿te hicieron daño?
-No... lo pasé muy mal el día que me quedé en el bosque...
-Dios,dios.
-Me as cabreando -dije pegándole suavemente.
-Pero es que...
-Ni peros ni nada, dejémoslo -dije cortándole.
-Vale... ¡Mierda!
-¿Qué pasa? -pregunté asustada.
-Es tardísimo -dijo mirando el reloj, que marcaba las 20:17-. Me tengo que ir.
-Vale, adiós. Te quiero -dije mientras le acompañaba en la puerta y me despedía de él con un intenso beso.
-Y yo, buenas noches.
-Buenas noches.
Cerré la puerta y fui a la cocina a preparar la cena. "Qué raro que no haya llegado ya papá" pensé, e inmediatamente, llegó.
-¿Cielo?
-Si papá, estoy aquí ¿qué tal?
-Bien, cansado ¿y tú? ¿qué haces?
-Yo bien, estoy intentando preparar la cena.
-¿Quieres que salgamos por los aires? -preguntó riendo-. Si quieres te ayudo ¿qué tenías pensado?
-Nada, estaba mirando lo que tenemos en la nevera.
-¿Qué te parece que pidamos sushi?
-Mejor -dije riendo.
-Vale, voy a llamar.
-Vale -dije mientras cogía la bolsa con las cosas que me trajo Andy para llevarla a mi habitación.
-Ya está -dijo mi padre.
Me senté en el sofá y puse la tele. Minutos después, sonó el teléfono. "Esta vez si que tiene que ser la directora" pensé.
-¿Si? -respondí otra vez con miedo.
-¿Dónde te has metido?

domingo, 10 de marzo de 2013

CAPÍTULO 25

-Oye, te tengo que contar una cosa que ha pasado... 
-¿El qué?  
-Espero que no te enfades...
Señorita Jones ¿qué hace con el móvil? -escuché una voz que provenía de en frente mía.
-Eh... hola.. estaba...
-Es igual. Dámelo.
-Pero... -paré al ver su expresión. Le hice lo que me pedía.
-Luego pásate por mi despacho.
-¿Para qué? -pregunté asustada.
-Tendrás que cumplir tu castigo, digo yo.
-Claro...
-Hasta entonces pues.
-Adiós.
Estaba realmente mal. Estaba intentando decirle a Andy lo que había pasado entre Justin y yo, pero tuvo que llegar ella.
Fui a clase y el día se pasó lento, como siempre.

***

Cuando sonó el timbre que señalaba la finalización de las clases recordé que tenía que ir al despacho de  la Sra. Techerman y la sonrisa de mi cara se borró instantáneamente. Fui allí y llamé a la puerta.
-Adelante -dijo una voz que provenía del interior.
-Hola, he venido...
-Si,si. Me acuerdo -dijo antes de que acabara la oración.
-¿Qué tengo que hacer?
-Pues ahora mismo limpiar el patio.
Fui a por una escoba y así hice. Cuando acabé, fui a por mi teléfono.
-Ya está ¿puede devolverme el teléfono?
-De acuerdo. No, tiene que venir tu padre.
-¿Cuándo puede venir?
-Cuando sea. Te noto un poco distraída y el profesor de latín te ha recomendado seguir unas clases con tu compañera y tú no has accedido.
-Pero, es que...
-Solo es para mejorar tus estudios. Sé que no os lleváis bien, pero no es algo personal.
-Es ella la que no quiere, por mi puede venir cuando quiera.
-Bien, hablaré yo con ella. Si no tienes esas clases particulares u otras no aprobarás latín.
-Lo sé...
-Lo hacemos por tu bien.
-Lo sé. Bueno, me tengo que ir. Buenas tardes.
-Adiós. Recuerda, hablaré con ella. Ah y dile eso a tu padre.
-Si, adiós.
Fui a la parada del bus, minutos después llegó el bus. Subí y fui a mi casa. Cuando llegué el coche de mi padre no estaba, otra vez. Entré dentro y tiré mi mochila en el sofá, desplumándome yo tras ella.
-¿Cielo?
-¿Papá?
-Hola ¿qué tal?
-¿Qué haces aquí? -pregunté sorprendida.
-Vivo aquí.
-Ya... -dije riendo-. Pero el coche no está.
-Esta en el taller, he tenido unos problemillas con él...¿qué tal en clase?
-Bien, me han quitado el móvil y tienes que ir a recogerlo...
-¿Y eso?
-Estaba...
-¿Estabas con el móvil? -me interrumpió.
-Si, es...
-¿Por qué? -me interrumpió de nuevo.
-Porque estaba en el pasillo hablando con Andy, que está fuera de la ciudad.
-Cariño, tenemos que hablar.
-¿Sobre qué? -pregunté cansada.
-Sobre todo. Vas y vuelves, no sé nada de ti, te comportas raro...
-Pues di de que quieres hablar.
-¿Qué ha pasado estos días?
-Pues... es una historia muy larga.
-Tenemos tiempo.
-No lo tenemos. ademas tu nunca estás en casa. Siempre estás trabajando y nunca te preocupas por mi y hoy si.
-No digas eso...
-Lo digo por una razón: porque es verdad... Encima me llama mamá y me dice que se va a casar con el pive ese ¿en serio? ¿cuánto llevan? ¿un día?
-Cielo, sé que esto te está afectando, pero...
-Déjalo, me voy a estudiar -le interrumpí mientras cogía mi mochila y subía las escaleras hacia mi cuarto.
Entré dentro y empecé a estudiar geografía.

***

Miré el reloj y eran las 19:15. Me sorprendí porque el tiempo pasó volando. Me levanté de la silla y bajé a picar algo. No había comido y estaba muerta de hambre.
Bajé abajo para comer algo, vi que mi padre no estaba, así que me quité un gran peso de encima, no me apetecía discutir con él.
Fui a la cocina y me hice un sandwich mixto, me senté en el sofá y me puse a ver la televisión. Minutos después, empezó a sonar el teléfono fijo.
-Princesa -dijo Justin.
-¿Que tal estás?
-Muy bien ¿y tú?
-Bastante bien -dije irónica.
-Uy, no te veo muy convencida.
-Puede que no lo esté...
-¿Qué ha pasado?
-Mi padre, no le importo. Puede que sea mejor volverme con mi madre a España, al menos ella me quiere con ella.
-¡Sophie no! -dijo gritando-. No te puedes ir de mi lado, no te puedes ir de aquí, dejarme a mi... a Andy , a Ayleen...
-Ya lo sé, spis lo único que hace que me quede aquí.
-¿No te vas por mi?
-Por ti y por los demás.
-Qué mona eres.
-¿En serio te parezco mona?
-¿Tú? Siempre.
-Gracias.
-Es la verdad.
-¿Qué haces?
-Pues nada, aquí viendo una película.
-¿Cuál?
-"Una historia casi divertida" está en la FOX.
-Vale, ahora la pongo.
***
Seguimos hablando mientras veíamos la película, cuando quise darme cuenta ya eran las 21:34.




-Bueno Justin, cuelgo. Mañana hablamos ¿Vale?
-Claro, buenas noches princesa.
-Buenas noches -dije volviendo a sonrojarme, menos mal que no me podía ver por que ya estaría haciendo una de sus típicas bromitas.
Apagué la televisión y subí por la escaleras. Entré en mi cuarto y me tiré en la cama, estaba muy cansada. Sin quererlo, me dormí inmediatamente.

***

Me desperté; estaba vestida. Me cambié y bajé a desayunar. Me asomé al cuarto de mi padre antes de irme, para comprobar si había vuelto y así era. Salí de mi casa y todo lo demás ya os lo conocéis.
Llegué al instituto, fui a mi taquilla a por la ropa que dejé allí ayer, ya que se me había olvidado recogerla y fui a clase. Fue un día normal, rutinario, aburrido y, sobretodo, largo. Estaba aburrida de todo eso, de los mismos días y echaba muchísimo de menos a Andy. Empecé a recordar los pocos, pero especiales momentos vividos entre nosotros y no pude evitar sonreír.
Sonó el timbre y salí por la puerta de clase para ir a educación física, cuando me encontré con Justin.
-Hola enana.
-¿Enana? Enano tú.
-Tengo una muy buena noticia.
-¿Cuál?
-Andy está en la ciudad, volvió ayer por la noche. Me dijo que te llamó pero que no se lo cogiste.
-¿En serio? Es que mi móvil lo tiene la Sra. Techerman.
-¿Y eso?
-Bueno... es que ayer... me pilló con el móvil en el pasillo.
-Ah, si. Le ibas a decir a Andy lo del beso ¿no?
-¿Qué? no,no,no -respondí nerviosa.
-No sabes mentir.
-Bueno,si... es que no puedo ocultarlo.
-Fue un beso.
-Pero le engañé, no quiero hacerle daño ¿no lo entiendes? -permanecimos en silencio-. Bueno ¿qué vas a entender? Si tú me los pusiste a mi...
-Pero te dije que no fue por gusto, Sophie.
-Pero lo hiciste, yo no sabía nada y sufrí, lloré y me dolió... Pero bueno, ahora eso es el pasado.
-Sophie, no vuelvas a decir eso -dijo cabreado.
-¿El que?
Se alejó de mi, intenté alcanzarle pero no pude.
-¡Justin! -grité varias veces sin obtener respuesta.
Sonó el timbre y volví a clases. Justin no vino en todo el día y no podía dejar de pensar en él.
Sonó el timbre que indicaba que las clases habían acabado y fui a buscar a Justin, pero no lo encontré. Decidí irme a casa.
Entré en casa e iba a subir las escaleras, cuando se escuchó el ruido de unas llaves en la puerta. Intenté acelerar el paso, pero ya era tarde.
-Hola cielo.
-Hola... -dije seca.
-¿Sigues enfadada?
-No... -mentí.
-Ya... he ido a hablar con tu directora -dijo triste-... Ten tu móvil -dijo tendiéndomelo.
-Gracias ¿qué te ha dicho?
-Pues que tienes que esforzarte más, que tiene que darte clases una compañera tuya, pero ya para el próximo trimestre porque éste le tienes perdido ya, que procures comportarte mejor y cosas así...
-Pareces cansado.
-Lo estoy...
-Si hoy no has ido a trabajar.
-Si no es de eso, estoy cansado de lo que está pasando. Estoy intentando ayudarte para que todo te sea más fácil, pero rechazas mi ayuda. Estoy preocupado, estás mal, pero no quieres decírmelo. Esto afecta a tus estudios y a tu futuro...
-Papá...
-No,hija. ahora hablo yo. He intentado hacer cualquier cosa para que te centres, para que podamos seguir con nuestra vida. Me paso días enteros trabajando para darte lo que quieres, lo que necesitas. Pero no sirve de nada, me tienes asco... estoy harto. Lo mejor será que vayas con tu madre, puede que allí estés mejor.
-No papá.
-Si, cielo. Te he comprado los billetes para el próximo mes. He hablado con tu madre y está todo decidido.

domingo, 3 de marzo de 2013

CAPÍTULO 24

-Sophie, todo eso no ha sido lo que ha parecido. 
-¿El que?
 -No me gusta Tiffany, me gustas tú. 
-Ya empezamos... 
-Que va en serio, escúchame. Nunca he querido acostarme con ella, nunca. Pero debía hacerlo. 
-¿Qué?
-Pues a ver, estaba muy desesperado. Las deudas fueron creciendo y creciendo hasta que ya no podía pagarlas ¿qué podía hacer? Estaba tan desesperado...  y llegó ella. 
-Justin ¿te has acostado con ella por dinero? Eso tiene un nombre...
-¿Qué querías que hiciera? ¿Robar?
-No sé, podíamos haberlo conseguido de otras formas...
-¿Cómo?
-No sé, pero es que que te acuestes con ella sólo por la deuda...
-¿Te parece poco? Casi nos matan.
-Ya...pero...
-Pero lo siento mucho...
-No pasa nada, ya todo ha acabado y podemos olvidar todo lo sucedido en estos días.
-El problema es que yo no quiero olvidarlo todo -dijo acercándose a mi para besarme.
-Justin no... para, no podemos hacer esto -dije apartándole lentamente de mi.
-Sophie sabes que yo te quiero y sé que tu todavía me quieres a mi -dijo volviendo a acercarme a él.
-Justin yo quiero a Andy.
-¿De verdad no me quieres? Dime que no y no te volveré a molestar, te dejaré en paz para siempre -dijo mientras se le encharcaba la cara.
-No te quiero -mentí.
-Vale, lo entiendo... he sido gilipollas y me lo merezco. Sé feliz -dijo después de levantarse del sofá dispuesto a irse.
-Justin... -dije mientras por mis mejillas caían multitud de lágrimas.
Me acerqué a él, no sabía por qué lo estaba haciendo, pero mi corazón me obligaba a acercarme más y más a él, hasta conseguir tocarle, abrazarle, besarle...
-¿Si? -dijo mirándome con esos ojos azules con los que nunca dejaré de soñar.
-Me duele... ¿sabes? Me duele pensar que nunca podre volver a bestarte, que nunca podré abrazarte y que nunca seremos otra vez nosotros. Pero estoy con Andy, es un chico de puta madre y no le quiero hacer daño.
-Sophie... -dijo mientras se acercaba y, microsegundos, después posaba sus manos en mis caderas y me acariciaba-. Yo tampoco quiero hacerle eso a mi mejor amigo, pero es que... te amo. Nunca he sentido esto por nadie y... no puedo tenerte. Me duele mucho, mucho. Pensar que no puedo tenerte, por la mierda que me metí... Esto que estoy haciendo está mal y es mejor que... seamos solo amigos...
-¿Quieres que seamos amigos?
-Si tampoco pudiera ser tu amigo no tendría razones para vivir.
-Vale... -dije sonriéndole de nuevo.
-Adiós mi princesa -dijo saliendo por la puerta.
No entendía por qué me había sonrojado cuando me había llamado princesa y volvía a sentir mariposas en el estómago como con el primer beso que nos dimos.
Miré el reloj y eran casi las 16:30 y todavía no había comido. Me hice una pizza en el microondas y subí a mi cuarto. Me sentía bien, pero a la vez mal. Bien porque estábamos todos fuera de peligro, pero mal por Justin y sobretodo por Andy. No sabía si decirle lo del beso o no. 
Me tumbé en la cama mientras engullía un trozo de pizza tras otro. En ese momento, me llegó un mensaje.

"Cariño ¿qué tal estás? Espero que bien, hace mucho que no hablamos y tengo noticias. Cuando puedas llámame. Te quiero, mamá.

No lo entendía, no me llamó durante meses y meses y ahora quiere hablarme. Las personas que he conocido aquí me ayudaban cada día a olvidar mi pasado y centrarme en el presente. Decidí llamarla.
-Hola mamá -dije mientras seguía comiendo.
-Hola cariño ¿qué tal estás? 
-Bastante bien ¿y tú?
-Pues muy bien -dijo con su típica voz alegre que me mataba por dentro al comprobar que la separación no le ha afectado nada.
-¿Que querías decirme? -pregunté intentando que la llamada acabara pronto.
-A ver cariño, ya conoces a Carlos.
-¿Carlos? 
-Si, mi nuevo novio.
-Ajá ¿qué pasa? -dije sabiendo lo que venía a continuación.
-Pues nos hemos comprometido, nos casamos en octubre del próximo año. Ya sé que queda bastante, pero era para avisarte con tiempo y que pudieras venir a España con nosotros cuando nos mudemos -dijo con la misma voz alegre.
No sabía qué decir, no estaba preparada para esto. Es el hombre que ha destrozado mi familia. Decidí colgar.
Me volví a tumbar en la cama mientras los ojos se me volvían a llenar de lágrimas. El teléfono sonó unas cuatro veces más, pero no contesté.
Necesitaba hablar con alguien, y sabía con quién.
Me puse la chaqueta y salí por la puerta, necesitaba hablar con Justin, contarle lo ocurrido. Necesitaba a alguien.
Llegué a casa de Justin en 10 minutos y llamé a la puerta.
-Sophie ¿qué haces aquí? -preguntó Justin con una sonrisa de oreja a oreja.
-Necesito hablar con alguien...
-Pues pasa, preciosa.
-Muchas gracias -dije devolviéndole la sonrisa.
-Bueno dime ¿qué ha pasado? -dijo mientras pasábamos.
-Mi madre. Creo que quiere arruinarme la vida -dije sentándome en el sofá.
-¿Pero qué te ha hecho? 
-Se va a casar con el hombre con el que engañó a mi padre -dije mientras de los ojos me salían lágrimas.
-Sophie, no te preocupes ¿no te alegra ver a tu madre feliz?
-No... yo quiero que todo sea como antes...
-Ya, pero eso no puede ser. Piensa que tiene que rehacer su vida y tu padre igual.
-Tienes razón pero... ¿no es demasiado pronto?
-Para ti si... pero porque no estas preparada. 
Justin y yo empezamos a hablar, como hacía un tiempo. Sabía que podía confiar en él, que él siempre estaría ahí conmigo, ayudándome. 

***

Pasaron las horas. No habíamos dejado de hablar ni un solo momento, teníamos mucho que contarnos después de tanto tiempo. Miré el reloj, eran casi las 21:00.
-Justin me voy a casa, que ya es tarde y tengo que cenar.
-Te puedes quedar aquí, mis tíos no vienen hasta pasado mañana y así no me siento tan solo -dijo poniendo cara de niño pequeño.
-Si tu quieres me quedo.
-Claro que quiero -dijo volviendo a sonreír-. Vale, pues vamos a ver que hacemos de cenar ¿Qué te apetece? -dijo conduciéndome a la cocina.
-No sé ¿qué podemos hacer?
-Lo que quieras -dijo llevándose la mano a la barbilla para imitar al pensador-. ¿Qué te parecen unos tacos?
-Me parece una gran idea -dije ilusionada.
Empezamos a preparar la cena, a hablar, a reír, como en los viejos tiempos. Al cabo de una hora los tacos ya estaba hechos. Empezamos a comer, mientras Justin me hacía reír y, en consecuencia de eso me atraganté más de una vez.
-¿Quieres que veamos una película? Hoy he visto un anuncio de una muy buena -dijo cuando acabamos de cenar.
-Claro ¿cuál?
-El arte de pasar de todo, creo que te gustará.
-Vale, nunca la he visto.
-Pues mejor.
Empezamos a ver la película mientras nos tomábamos un bol de palomitas. Tenía razón; la película me estaba gustando mucho,era el tipo de películas que si la ves anunciada no estás seguro de ir a verla al cine, pero cuando la ves te encanta.
El tiempo pasaba muy rápidamente y me encantaba estar con Justin, era como en los viejos tiempos y cada rato que pasaba hacía que confiara más en que podíamos ser amigos y nada más.
-Tengo un poco de sueño, la verdad -dije al comprobar que era la 01:00 de la mañana-. Debería irme a mi casa -dije bostezando.
-Quédate a dormir aquí.
-No sé, no me parece una buena idea.
-Venga ¿cómo vas a volver ahora a tu casa? Es muy tarde y hay mucho loco suelto por la calle.
-Pero es que mañana hay instituto y no tengo pijama, en pocas palabras: es un lío.
-Por lo del instituto no te preocupes, sin más llevas la misma ropa que hoy y cuando llegues te pones la ropa de gimnasia de tu taquilla.
-¿Y el pijama qué? No me voy a poner también para dormir esta ropa. Y los libros...
-Podrías ir en ropa interior -dijo bajito para que no lo oyera.
-¿Qué has dicho? -pregunté aunque si le había oído.
-No he dicho nada... solo que los libros están en tu taquilla ¿o no?
-Te he oído -dije mirándole con cara de asesina-. Si...
-Bueno vale, pensemos -dijo riéndose-. Ya lo tengo, espera aquí.
Justin bajó pocos minutos después, más bien segundos. Con una sudadera suya, que parecía bastante grande para mi.
-¿Cómo me voy a poner esto? ¿Y los pantalones?
-La sudadera es grande, no vas a necesitar pantalones, es lo único que hay, ¿o quieres volver andando a tu casita? -dijo con una sonrisa burlona.
-Bueno vale, espera que me voy a cambiar -dije abriendo la puerta del baño.
-¿No puedo entrar contigo? -dijo poniendo la mano entre la puerta y la pared.
-Si quieres una paliza, si -dije cerrando de golpe la puerta, con cuidado de no pillarle.
Salí del baño, a mi me parecía que me quedaba un poco ridícula la sudadera, pero tenía razón; no necesitaba pantalones.



Cuando me vio, Justin se quedó patidifuso.
-¿Qué pasa? 
-No creí que te fuese a quedar tan bien...
-Muchas gracias -dije poniéndome roja.
-Bueno, me voy a la cama. Buenas noches princesa -dijo dándome un beso en la frente.
-Pero Justin ¿dónde duermo? 
-Es verdad, no lo había pensado -dijo con esa sonrisa burlona.
-¿Y qué hago? listo.
-Puedes dormir en mi cuarto, te juro que no intento nada.
-No, no voy a dormir contigo.
-Venga Sophie, somos amigos, no voy a intentar nada. Créeme.
-Vale, pero como te acerques a mi...
-Vale.
Nos tumbamos en la cama de Justin, era una cama de matrimonio, así que ni nos rozamos. A los minutos me dormí.

***

Miré el despertador, no había sonado y llegábamos tarde a clase. Miré a Justin y estaba abrazado a mi, me recordaba tanto a como era todo antes.
-¡Justin despierta! -grité sentándome encima suyo y haciéndole cosquillas para que se despertara.
-Sophie ¿te gusta que te despierten con cosquillas?
-Supongo que no -dije parando.
-Pues a mi si -dijo agarrándome y haciéndomelas él.
Nos vestimos, desayunamos algo rápido, salimos de la casa de Justin y fuimos en coche hasta el instituto. No me daba cuenta de lo cómodo que era el carnet de conducir, a los pocos minutos ya estábamos en la entrada del instituto.
-Voy a mi taquilla a por la ropa de gimnasia
-Vale, yo voy llendo a clase -dijo dándome un beso en la mejilla.
Entré en el instituto, en dirección a mi taquilla para cambiarme de ropa, y allí estaban Sylvie y Tiffany.
-Hola Sophie ¿qué tal estás? -dijo Tiffany con esa estúpida sonrisita.
-Pues muy bien la verdad -dije abriendo la taquilla.
-¿Sabes que Justin y yo hemos vuelto?
-Algo he oído -dije riendo al recordar que Tiffany había pagado por sexo.
-Pues que sepas que no me lo vas a volver a quitar ¿te ha quedado claro? -dijo cerrándome la taquilla de golpe.
-Si, muy claro -dije volviéndola a abrir y sacando mi ropa-. Aunque no me interese, quiero que sepas que lo de las drogas se acabó. Tendrás que buscar otra forma de atraerle ¿no crees? -dije mientras me alejaba y disfrutaba de esa cara de imbécil que tenía.
Iba andando hacia la clase de filosofía cuando recibí un mensaje. Era de Andy.
-Hola princesa. Te quiero mucho y te echo muchísimo de menos ¿sabes? ¿Qué tal va todo? Ya me han dicho que estamos a salvo. 
-Hola rey. Sabes que yo más ¿no? Por aquí todo muy bien, o intentándolo sin ti. Si, sólo faltas tú:( ¿Y tú qué tal por ahí? ¿Estás bien ya? :) 
-Me alegro mucho guapa. Por aquí bien también, con una buena noticia que darte :)
-¿Cuál?
-Esta tarde me dan el alta y voy para allá.
-¿En serio? ^^ Tengo muchísimas ganas de verte. 
-Y yo a ti mocosa :3
-Oye, te tengo que contar una cosa que ha pasado...
-¿El qué? 
-Espero que no te enfades...